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EL SEISMO DE 1829 (4ª parte)


TESTIMONIOS (Publicados en los periódicos de la época)Huerta del que fue Almoradí, 26 de marzo de 1829

Del temblor ha resultado definitivamente haber desaparecido este pueblo. Sólo quedan cinco casas quebrantadas sin reducirse a escombros. Se llevan sacados 157 cadáveres de entre las ruinas, y no estarán menos de 80, a quienes se trata de dar sepultura. También han perecido bastantes caballerías, pero hasta ahora no puedo especificar el número.

(El Correo, nº 113, 1 de abril de 1829)
Campamento de Orihuela 24 de Marzo de 1829

Queridos hermanos: ya no existe Almoradí. El sábado 21 del que rige, al

oscurecer observamos unos temblores de tierra tan extraordinarios, que causaron la total ruina, no sólo de aquel pueblo sino de otros varios. La mortandad ha sido en gran número, aunque no se pueda fijar con exactitud por haber todavía muchos cadáveres debajo de las ruinas. En esta ciudad (se refiere a Orihuela) ha caído la Torre de la Trinidad y algunos pocos edificios, pero la mayor parte están quebrantados.
Ayer pasé al sitio en donde estuvo Almoradí, y al menos tuve el consuelo de saber que había librado toda nuestra familia. Nosotros nos hemos acampado en la huerta, y así lo han hecho casi todos los habitantes. Los temblores no han cesado, y es un dolor ver el cuadro lastimoso que presenta esta huerta, en otros tiempos tan hermosa.
Desde Orihuela a Torrevieja se ha abierto la tierra por una infinidad de partes.
(El Correo, nº 113, 1 de abril de 1829)Orihuela, 31 de marzo

“En Almoradí, amigo mío, todo ha venido a tierra, pues si queda en pie alguna pared, es por estar calzada de ruinas. Los habitantes existen en chozas alrededor de ellas. La tierra se ha abierto por aquellas inmediaciones, y en muchas partes por dichas aberturas han arrojado unas arenas azufradas”.
“Los hospitales (de Orihuela) están llenos de heridos, tanto de los de Almoradí, como de Benéjuzar y otros pueblos. Del primero, después de haber extraído un gran número de cadáveres, quedan aún muchos que sacar de debajo de los escombros. Aquí hace unos tres días que no hemos tenido temblores, pero no han cesado en Almoradí y Torrevieja”.

(El Correo, nº 115, 6 de abril de 1829)


Orihuela, 31 de marzo:

“ALMORADI: Asolado enteramente con su Iglesia y convento, igualmente todos los edificios de su huerta y campo, y totalmente quebrantado el puente principal del río, resultando hasta el día 180 cadáveres, quedando aun por extraer los que yacen en varias plazas y calles que no han podido descubrirse, a pesar de las incesantes diligencias que se practican, a causa de las muchas ruinas que sobre si tienen de los mayores edificios de dicho pueblo: heridos gravemente, de los que la mayor parte perecerán, 130; bestias muertas 250.
Es admirable la caridad con que han sido conducidos y siguen conduciendo a esta ciudad (Orihuela) los heridos de casi todos los pueblos y el infatigable celo con que son asistidos en los hospitales”.
(Gaceta de Madrid, nº 41, sábado 4 de abril)

Granja de Rocamora, 24 de marzo de 1829:

“El estrago de Almoradí lo he visto yo el dia de ayer, el cual ha sido tan total que no ha dejado ninguna casa en pie. Las Iglesias de la Parroquia y Convento, como también los campanarios han quedado hechos un montón de ruinas. Sobre las de la Iglesia he estado yo y dos amigos más, que nos arriesgamos a entrar, pues los pocos vecinos que han quedado no se atreven a entrar más que por las orillas de lo que fue el pueblo…”

(Diario de Barcelona, nº99, 8 de abril de 1829)


Ruinas de Almoradí, 13 de abril de 1829

Son muchas las aberturas ó respiraderos que se advierten en esta huerta y pueblos inmediatos, y por esto se nota sin duda que, aunque no han cesado los terremotos, no tienen el movimiento que tenia la tierra; pero sí mucho rumor, siendo de advertir que las muchas tahullas que se han regado del agua que arrojan, ya de trigo y ya de cebada o de cualquier otra especie, se han secado, aunque en particular se habla de dos respiraderos, el uno en Daya Vieja, y en Daya Nueva un mismo respiradero ha secado en un bancal cebada: esto lo he visto yo.
Por algunos otros respiraderos ha salido la arena de color aplomado, en otros color de cobre y en otros azufrado. ¡Dios nos saque pronto de tan continuo ahogo¡
(El Correo, nº122, abril de 1829)



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