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EL SEISMO DE 1829 (6ª parte)

Imagen del protector de los terremotos, San Emigdio.
FÉLIX HERRERO VALVERDE


No cabe duda que la suerte de nuestros vecinos dependía de las iniciativas del entonces Obispo de Orihuela, D. Félix Herrero.
La misma tarde del 21 de marzo ya se enteró el Obispo de la gravedad del terremoto en Orihuela, ya que un campanero murió aplastado en las ruinas de la torre del convento de la Trinidad. En las afueras habían perecido bajo un arco otras seis personas.
A las once de la noche salió una procesión en rogativa por las calles.

El domingo 22, muy de mañana, recibió mensajes de todos sus sacerdotes (había muerto un sacerdote en Almoradí), y se presentaron vecinos de nuestro pueblo relatando el total arrasamiento.
Además de un primer auxilio que realizó el lunes, día 23, relatado en su exposición a Su Majestad, y que ya he publicado AQUÍ, también recogió a niños huérfanos (dio una cifra, quizá algo exagerada, de 200) y los llevó a Orihuela. 

Pidió a su cabildo, colegio de dominicos y personas aristócratas y pudientes una primera ayuda económica.


El jueves 26, partieronn de Orihuela hacia Almoradí unos carros con víveres: cuatro cargas de tocino, cuatro de huevos (661 docenas) y cuatro de bacalao.
El domingo 29, salió una segunda expedición para nuestro pueblo con 2 cargas de alubias, 1 de garbanzos, 2 de aceite, vinagre, chocolate, resmas de papel blanco, medicina de hierbas, quina en polvo é incienso.
Al día siguiente se mandaron otras 6 cargas de vinagre, pólvora y una bomba de apagar incendios, pues se consideraba que rociando con vinagre se conseguiría que fueran menos nocivos los olores que despedían los cuerpos muertos de personas y animales que aun no había sido posible extraer.

Los supervivientes tuvieron que vivir en barracas, chozas y tiendas de campaña, incluso sobre esteras debajo de los árboles y recibieron frecuentemente la visita del Obispo, entregando donativos de urgencia y examinando las obras de reparación y de explanación de los terrenos afectados.

Me parece poco el recuerdo que tenemos del Obispo para tanto como hizo, sólo una calle compartida con la de Manuel Birlanga.

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